En todos y cada uno de los proyectos, El Árbol de la Vida apunta a promover una mayor conciencia de los niños y adultos en relación a los siguientes aspectos:
- su individualidad, como la consciencia de sí mismo y de sus más profundas aspiraciones; así como descubrir su propio potencial y buscar constantemente su mejoramiento.
- su vida comunitaria, como la capacidad de forjar relaciones positivas y orientadas a los valores en el contexto familiar, escolar y comunitario.
- colectividad, como un comportamiento socialmente responsable y sostenible y un estímulo a la participación y al activismo social.